La combinación es fácil: mitad vino fino en rama, mitad Pedro Ximenez dulce… aunque la proporción puede variar según el gusto del consumidor. Esta es la receta del «fiti-fiti», trascripción fonética de la expresión anglosajona «fifty-fifty» (cincuenta-cincuenta).

En el término medio está la virtud y el resultado es una combinación ni fuerte, ni empalagosa, ideal para abrir boca con platos típicos del taberneo cordobés.

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